“Lo triste es que todos saben que la cannabis es muchísimo menos nocivo que el alcohol o el tabaco pero nadie quiere hablar del tema por el estigma que trae”, dijo a la prensa Craze Co, uno de los artistas encargados de poner plantas en lugares públicos emblemático. “Esperamos que la gente empiece a hablar del tema”, afirmó.
Desde octubre de 2016 en Australia está regulado el uso medicinal, mediante el acceso a derivados y fitofármacos, y también la producción nacional de estos productos aunque en la práctica solo hayan concedido 35 permisos. Productos con cáñamo o hemp pueden comprarse en cualquier comercio pero la tenencia personal o el autocultivo continúan penalizados.
Por esa razón, y la posibilidad de ser acusados de “distribución de sustancias ilícitas”, los artistas que dejaron plantas en puentes, plazas o edificios históricos, decidieron utilizar plantas artificiales. Llora el cogollero.