La ayahuasca era cosa de superstición o brujería, propia de ignorantes e “indios salvajes”. Hoy se consume ritualmente en las grandes ciudades del mundo occidental y cada vez más investigaciones científicas hablan de su gran potencial terapéutico.
Basado en diez años de investigación en la Amazonia, el fotolibro “Ayahuasca entre dos mundos” viaja al corazón de la selva para mostrar tanto las historias de los curanderos que trata a sus vecinos como la de los “chamanes modernos”, transformados casi en estrellas de rock por el turismo ayahuasquero.
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