Brasil aprobó la importación y venta en farmacias de fármacos y productos derivados del cannabis. El autocultivo y los productos de marihuana fumable quedaron fuera.
La norma establece que los productos con más del 0,2% de THC solo deben ser utilizados en pacientes terminales y como último recurso. También plantea varias restricciones para los productos que ingresen al país, entre ellas, el uso de la palabra “medicinal” en los productos de cannabis.
Además las empresas deberán monitorear la posibilidad de efectos adversos a los productos distribuidos y cada producto vendido será registrado en un listado similar a los utilizados con sustancias como las benzodiacepinas.
ANVISA (Agência Nacional de Vigilância Sanitária) también autorizó que puedan ingresarse al país y prescribirse, productos que no hayan concluído pruebas clínicas, es decir que no cuentan con el status legal de medicamentos.
La medida tomará efecto en 90 días.