Este viernes se presenta el Servicio Tecnológico de Alto Nivel (STAN) de Control de Calidad de Cannabis. El objetivo del servicio es que cualquier usuario o usuaria medicinal y quienes cultivan la planta puedan puedan medir la cantidad y tipo de cannabinoides que tienen sus aceites.
La presentación se realizará a las 13 hrs en el Hospital El Cruce de la localidad bonaerense de Florencio Varela y estará a cargo de las autoridades del Conicet e integrantes de la Red de Cannabis de ese organismo. Allí van a brindarse todos los detalles de cómo funcionará el servicio.
“La idea es que el Conicet se ofrezca para hacer el control de calidad de los aceites cannabis producidos por cannabicultores. Tenemos equipos técnicos e infraestructura para poder controlar los componentes y garantizar su calidad, sobre todo porque a partir de una misma planta pueden obtenerse distintos productos finales”, explicaron desde el Conicet.
La idea del Conicet es ofrecer un control de calidad de los aceites de cannabis producidos por cannabicultores. “Tenemos la infraestructura para poder controlar los componentes y garantizar su calidad”, aseguran.
En agosto pasado, en el Hospital El Cruce se aprobó un protocolo de investigación clínica sobre la eficiencia del cannabis en epilepsia refractaria para pacientes adultos y adolescentes que fue diseñado y presentado por la neuróloga e investigadora del Conicet Silvia Kochen.
En un comunicado oficial las autoridades aclararon que además del seguimiento de los pacientes para evaluar la eficacia y los efectos del cannabis, buscan realizar una análisis botánico de las plantas utilizadas en los tratamientos.
El avance reconoce a su vez un fenómeno imparable: cada vez más personas cultivan su propio cannabis. Sin embargo, la ley de cannabis medicinal, por la forma en la que fue reglamentada, restringe el acceso al cannabis sólo a algunas patologías y mediante un trámite burocrático ante la ANMAT.
En las últimas semanas, Ginés González García, ministro de Salud de la Nación, aseguró que están trabajando en mejorar la reglamentación que hasta ahora no contempla el autocultivo como herramienta para que los usuarios y usuarias obtengan su medicina de forma segura y gratuita.