Reparar el daño a la sociedad, especialmente a las minorías, provocado por la prohibición es la premisa de las nuevas políticas de regulación del cannabis en los estados norteamericanos de Massachusetts y Illinois.
En ese marco comenzó una nueva campaña de préstamos con baja tasa de interés, descuentos impositivos y prioridad en licencias para personas que posean antecedentes penales relacionados a la marihuana.
Las minorías son las que más sufren la prohibición, por eso en algunos estados norteamericanos piensan políticas de reparación: préstamos, reducción de impuestos y prioridad de licencias para negocios cannábicos.
La disparidad racial y socioeconómica, tanto en los arrestos producidos durante los años de ilegalidad como en las nuevas regulaciones, donde solamente el 20% de las empresas y negocios cannabicos pertenecen a propietarios miembros de minorías, motivó estas nuevas políticas, que buscan incluir a aquellos que sufrieron en carne propia no solo detenciones o tiempo de cárcel sino también la estigmatización posterior, que genera dificultades para acceder a financiaciones, alquileres y trabajo.
Por otro lado, el fin de crear una industria cannábica inclusiva es también financiero: las proyecciones indican que la medida podría aumentar el volumen del mercado cannábico de la región a unos 12,7 mil millones de dólares en 2022 en comparación con los 4,1 mil millones estimados.