En Holanda, con el fin de prevenir la circulación del coronavirus, las personas pueden comprar su marihuana y llevársela a casa hasta próximo aviso. La idea es que no permanezcan en el local, ni se formen largas filas por temor a la escasez.
El domingo pasado, cuando el gobierno holandés anunció el cierre de restaurantes, bares y locales similares, incluidos los coffeeshops, grandes filas se armaron en los bares de cannabis. Dos días después, el gobierno dio marcha atrás con la medida y exceptuó a los coffeeshops del cierre obligatorio para evitar acumulación de personas.
El domingo pasado el gobierno holandés anunció el cierre de locales públicos incluidos los coffeeshops. grandes filas se armaron en los bares de cannabis. Dos días después, el gobierno decidió habilitar un sistema “take way”.
Además, el Estado holandés comprendió rápido que, de no tomar esa decisión, mucha gente iba a recurrir al mercado negro. Justamente algo no recomendable para la salud no sólo en tiempos de coronavirus, sino porque la calidad del cannabis suele ser bastante sospechosa.
Parece una modificación menor, pero es un cambio importante. Por un lado, reconoce que los usuarios y usuarias de cannabis son personas que tienen que ser contempladas en cualquier contexto. Pero además, el ritmo que impone la pandemia, permite ver la falta de sentido de algunas normas restrictivas.
Por supuesto, lo otro que queda claro en este contexto es la importancia del autoabastecimiento, algo que con el cannabis es muy sencillo. Sin embargo, en un país de amplia tradición cannábica como Holanda el autocultivo sigue prohibido.