En el imaginario popular, cannabis y creatividad se relacionan. Una sensación común en quienes usamos cannabis que es, bajo sus efectos, tenemos ideas geniales. También es cierto que cuando volvemos a revisarlas el día después nos damos cuenta que muchas de esas ocurrencias no son tan espectaculares.
Sin embargo, existe una relación concreta entre el cannabis y la creatividad. No quiere decir que el cannabis nos hace artistas, pero sí es un hecho que genera un cambio importante en nuestra actividad cerebral. El cannabis hace que pensemos distinto.
Las evidencias sobre cannabis y creatividad
Un estudio comparó los niveles de atención de personas que usan cannabis y personas que jamás probaron la marihuana. El resultado: los niveles de atención no varían entre un grupo y el otro.
Sin embargo, se observó un hecho significativo: los mecanismos cerebrales y de pensamiento mediante los cuales ambos grupos resuelven situaciones de atención son distintos.
Un estudio comprobó que el nivel de atención de alguien que usa cannabis no es menor al de una persona que jamás lo hizo.
Lo que se pudo ver es que en las personas que no usan cannabis se activa más corteza prefrontal: es algo así como la torre de control, es una región del cerebro que regula el esfuerzo mental y se activa cuando recordamos un número de teléfono repitiéndolo, cuando hacemos artimética, cuando hacemos fuerza para no seguir un impulso.
En cambio, en las personas usuarias de cannabis hay más actividad en la corteza occipital: el árear que intervienen en el procesamiento de imágenes, algo así como el pizarrón visual del cerebro.
El cannabis y la inteligencia
¿Qué significa esto? En principio que usar cannabis no nos impide pensar, ni nos hace unos genios. Simplemente pone en funcionamiento otras herramientas que nos hacen ver el mundo de una manera particular.
La “reorganización cerebral” que produce el cannabis es similar a la que se observa en grandes expertos ante un problema.
Pero sí hay algo súper interesante. Esta “reorganización cerebral” que produce el cannabis activando esas zonas particulares del cerebro es similar a la que se observa en grandes expertos ante un problema.
Por ejemplo, los grandes ajedrecistas cuando juegan activan en mayor medida la corteza occipital y en menor medida la corteza frontal, como si viesen las jugadas en lugar de calcularlas.