En las últimas décadas el uso de baterías creció descontroladamente: según cifras del sitio web Bankmycell hay casi 7 mil millones de teléfonos móviles en el planeta, con sus respectivas baterías. Y el cálculo no incluye todos los demás dispositivos que usamos.
El cáñamo podría ayudar a producir baterías sin altos costos para el medio ambiente, más baratas y efectivas que las que se usan hoy.
Desde la pila más precaria hasta la más moderna batería de litio o niquel, el gran problema es su descarte: son altamente contaminantes y hasta explosivas.
Y aunque parezca increíble, una vez más el cannabis podría ser la solución.
Los supercapacitadores
Los supercapacitores son similares a las baterías. La diferencia es que permiten una rápida descarga de la energía que tienen almacenada. Es como una “patada” que permite reducir el esfuerzo de la batería, lo que a su vez permite tener baterías más pequeñas.
Uno de los materiales de vanguardia para la fabricación de supercapacitadores es el grafeno una sustancia compuesta por carbono puro. Producirlo sale aproximadamente 2.000 dólares el gramo.
Pero hace algunos años, científicos de la universidad de Clarkson, en Estados Unidos, descubrieron que hay algo más efectivo y barato: el cáñamo.
No es sólo una hipótesis. Los investigadores fabricaron un supercapacitor con fibras de desecho de cáñamo que mostró un rendimiento superior al grafeno.
Si bien todavía no existe una batería de cáñamo funcional y producida en masa, el experimento mostró que, en ciertas condiciones, la batería experimental de cannabis tuvo un rendimiento superior a una batería de litio.