El compost es el resultado de reciclar de manera natural los distintos desechos orgánicos que se generan en tu casa, jardín, huerta o granja. Se logra mediante la descomposición de estos desechos. Así se obtiene una enmienda orgánica de excelente calidad nutricional para las plantas de cannabis, que exigen una buena y completa alimentación. Y, por supuesto, es un excelente abono para cualquier otro vegetal.
Gracias al compostaje se obtiene una enmienda orgánica de excelente calidad nutricional para las plantas de cannabis.
El compost es un elemento fundamental a la hora de armar el sustrato y reciclar el que ya usamos y evitar tirarlo. Al producir el compost en casa vamos a tener siempre a mano un abono orgánico de calidad.
Dónde preparar el compost
Lo primero que tenemos que tener es un lugar donde hacer nuestro compost. Por suerte no es algo complicado, solo necesitamos un poco de espacio y sombra. El compost puede ser preparado en suelo directo, en una zanja o pozo o sobre un nylon para facilitar la cosecha. Todo lugar que nos permita apilar deshechos orgánicos y facilitar su descomposición.
También pueden usarse recipientes como tachos de chapa o plástico de 200 litros, tanques de agua en desuso, bidones, baldes de pintura o espacios preparados con madera o bloques de hormigón.
Si usamos madera debemos tener en cuenta que muchos preparados para impermeabilizarla y alargar su vida útil son tóxicos para los microorganismos, por lo que se puede emplear madera cruda que a la larga terminará incorporada en nuestro compost.
El compost puede ser mezclado en la preparación del sustrato, aplicado superficialmente en maceta o suelo y como ingrediente en la preparación de abonos líquidos.
El compost perfecto en 10 pasos
1. En el caso de la pila clásica sobre suelo, habrá que elegir un lugar con sombra, de fácil acceso y con buen drenaje. Las otras composteras basta con ponerlas a la sombra.
2. El contenedor deberá tener aireación lateral, así que de acuerdo al material elegido habrá que hacer agujeros para ventilación o elegir entretejidos o pallets con secciones por donde pueda filtrarse el aire.
3. Colocar en la base una capa de unos 20 cm de material marrón rico en carbono, como hojas, paja o aserrín.
4. Agregar una capa de unos 5 cm de material verde o rico en nitrógeno como pasto, hojas frescas o restos vegetales.
5. Agregar una capa fina de tierra de la primera capa del suelo (contiene una buena proporción de vida microbiana), compost que ya se tenga o comprado.
6. Repetir la superposición de estas tres capas, en el mismo orden: materiales secos, materiales verdes y tierra, hidratando de manera pareja cada capa hasta completar el alto deseado de la pila.
7. Cubrir finalmente con una capa gruesa de tierra. Tapar la compostera para regular la humedad o, en el caso de pilas, agregar una capa de vegetación seca.
8. Introducir tubos o cañas perforadas para favorecer la aireación en el montículo. Para humedecer la pila se puede incorporar material húmedo o, de ser necesario, regar de forma suave y pareja, humedeciendo la tierra sin crear charcos. En los dos o tres días siguientes la temperatura de la pila comienza a ascender hasta alcanzar una temperatura que ronda los 60 ºC.
9. Cuando la temperatura comienza a descender, alrededor de los 10 días, hay que realizar el primer viraje, volteando la pila entera y volviendo a agregar los tubos para ventilación. La operación se repite hasta que la temperatura no ascienda más y el material tenga una textura terrosa y esté listo para ser secado.
10. Durante la fase de maduración y secado hay que girar la pila cada dos o tres días hasta mantener la humedad entre 35 y 45%. Una vez alcanzados esos parámetros el proceso del compostaje estará completo. El compostado puede demorar hasta seis meses dependiendo del material utilizado y de la época del año en el que se realice.
Cómo cosechar el compost
Una vez que logramos una pila del tamaño deseado o completamos el espacio que disponemos, debemos comenzar a juntar la materia orgánica en otro espacio para evitar un proceso de compostaje sin fin y el desperdicio del compost maduro.
Este puede ser recogido, dependiendo el espacio con pala, balde o las manos, y ser utilizado directamente o orearlo por un par de días en la sombra para mejorar su textura si se encuentra demasiado húmedo.
Si disponemos de una zaranda, tamizar el compost ayuda a separar materiales que no se encuentren del todo degradados, los que podemos volver a agregar a la pila en preparación ya que contienen poblaciones de microorganismos útiles para el proceso.
Cómo aplicarlo
El compost puede ser mezclado en la preparación del sustrato, aplicado superficialmente en maceta o suelo y como ingrediente en la preparación de abonos líquidos.
Materiales que vamos a usar
La calidad y composición química de los restos orgánicos que se usan es determinante a la hora de armar un buen compost. Hay una relación entre el carbono (C) y el nitrógeno (N) contenidos dentro de los materiales que fomenta un buen desarrollo bacteriano.
La relación ideal es 30:1, es decir, 30 veces más cantidad de C que de N. Si la proporción de C es mayor, el proceso demorará mucho más tiempo ya que la pila no levanta temperatura porque la vida microbiana no puede desarrollarse de manera óptima.
Si es muy elevado el valor de N, éste se pierde en forma de amonio gaseoso y se relentiza la descomposición, emanando olor desagradable.
Para asegurar una correcta proporción a la hora de agregar materiales a la mezcla, habrá que tener en cuenta que por cada tres materiales con mayor concentración de C habrá que agregar uno con más N.
Materiales ricos en carbono
Hojas secas, paja, cartón o papel, aserrín y cortezas. El papel o cartón no debe contener encapado, laca o resina ya que son tóxicas. Una forma práctica de seleccionarlo es verificar que se rompa o degrade con facilidad. Es recomendable elegir un papel con la menor impresión posible, evitando sobre todo las tintas color.
Materiales ricos en nitrógeno
Restos orgánicos de cocina, estiércol de animal, pasto y restos de plantas. Los excrementos de animales de granja (salvo porcinos) son una buena fuente de N, pero deben estar secos al añadirlos. Los materiales deben trozarse lo máximo posible antes de ser añadidos.
Materiales que no debemos usar
> Los desechos de perros, gatos, chanchos y humanos deben descartarse al armar la mezcla, ya que pueden contener enfermedades peligrosas para la salud.
> Las colillas de cigarrillos contienen tóxicos contaminantes que pueden arrasar con la vida microbiana del compost.
> Los restos de animales y huesos son de lenta descomposición, pueden atraer insectos indeseados y desprender olor a podrido.
> No se deben emplear aceites o materiales que los contengan.
> Tampoco restos de plantas tratadas con plaguicidas químicos, plásticos, vidrios ni ningún otro material que no sea de origen orgánico y natural.