En Sri Lanka, la tenencia y el consumo de cannabis están penados. Ahora bien, eso es así según las leyes impuestas por occidente porque, en lo concreto, en ese pequeño país de Asia la medicina tradicional utiliza cannabis desde hace milenios.
Se trata de la medicina ayurveda a la que acude gran parte de la población de origen hindú. De hecho, la demanda de cannabis con fines medicinales es tal que el ministro de salud de Sri Lanka planteó hace semanas la necesidad de realizar un cultivo a gran escala.
Rajitha Senaratne, funcionario en cuestión, dijo que el gobierno pretende destinar 40 hectáreas para plantar la marihuana que permitiría resolver no sólo la demanda, sino los problemas de calidad de la medicina.
“Muchos médicos ayurvédicos se han quejado de que no obtienen cannabis de buena calidad para sus preparaciones”, dijo Senaratne en conferencia de prensa. “El buen cannabis es un ingrediente vital en la preparación de la medicina tradicional”, aseguró.
De momento, en Sri Lanka sólo puede accederse al cannabis en el mercado negro. Si los médicos lo requieren deben solicitarlo al Estado que finalmente les provee marihuana incautada. “Para cuando nuestros médicos consiguen este cannabis, tiene entre cuatro y cinco años y ha perdido su eficacia”, explicó Senaratne.
El predio para el cultivo se ubicará a 60 kilómetros de Colombo, la capital de Sri Lanka, en la localidad de Ingiriya. Respecto a qué ocurrirá con los posibles excedentes de la producción, Senaratne ya piensa en la posibilidad de exportar. “El cannabis es utilizado por la industria farmacéutica en la fabricación de tranquilizantes y analgésicos”, dijo, “y me explicaron que hay una gran demanda en los Estados Unidos y en varios otros países”.