La ciudad de Denver, Colorado, fue la primera en la que comenzó a venderse cannabis luego de 77 años de ilegalidad. Lo curioso es que fue en esa misma ciudad donde se produjo la primera detención en la historia de la prohibición.
En agosto de 1937, el congreso estadounidense sancionó la madre de todas las leyes prohibicionistas: la Marihuana Tax Act. Apenas un mes más tarde, el primero que cayó en la red fue Samuel Caldwell, un peón de campo desempleado, que fue capturado mientras vendía porros armados en la calle. Caldwell parecía ignorar completamente que estaba cometiendo un delito. Luego de ser detenido, la policía allanó su casa donde encontró cerca de un kilo de cannabis.
Los diarios de la época se hicieron un festín e hicieron del caso Caldwell un ejemplo de castigo. En los hechos, el trabajador rural fue acusado de venderle cannabis a Moses Baca, un joven de 26 años.
Caldwell fue condenado a 4 años de trabajos forzados en la prisión de Leavenworth en Kansas y pagar una multa de mil dólares. Por su parte, Baca fue el primer usuario penalizado de los Estados Unidos y fue encerrado en el mismo penal por 18 meses.
Ambos cumplieron sus sentencias. Samuel Caldwell murió un año después de ser liberado.