El poco discreto y tan popular aroma que emite el cannabis, en planta viva, empacado, fumado o incluso calentado fue por décadas el traidor silencioso, el gran delator que guio la nariz de las fuerzas del orden, tanto humanas como caninas, hasta la captura.
Pero durante la segunda mitad del siglo XX nació otra forma de detectar a los usuarios de cannabis de modo implacable: ingresando dentro de la intimidad de sus propios cuerpos.
Durante la segunda mitad del siglo XX nació una forma de detectar a los usuarios de cannabis de modo implacable: ingresando a la intimidad de sus propios cuerpos
La compleja química del cannabis y su relación con el metabolismo humano dificultó
por años la elaboración de un sistema eficiente de detección por medio de test en comparación con otras sustancias como el alcohol o las anfetaminas.
Pero los metabolitos de cannabis, inertes y sin ningún tipo de efecto físico o mental, pueden durar semanas en el cuerpo humano. Y así, los controladores pasaron a tener el tiempo a su favor.
El secreto para evitar que un análisis detecte cannabis en nuestro organismo es dejar de usarlo el tiempo suficiente. Sin embargo, existen alternativas para cuando no se cuenta con periodos de limpieza
Fue la compañía DuPont, también inventora de los tests de cocaína, heroína, anfetaminas y PCP, la que cambió el enfoque. En lugar de buscar THC o CBD, los cannabinoides
psicoactivos más conocidos, los test se orientaron a encontrar un subproducto del THC
conocido como 11-COOH-THC.
El truco no es nuevo: en los años 30, en el amanecer del prohibicionismo, para detectar a los usuarios de opio se buscaban rastros de quinina, la sustancia de corte por entonces más usada en el mercado negro de la adormidera.
La década de los 80 trajo al ámbito laboral los tests de drogas, en los que Estados Unidos, como todo lo que tiene que ver con prohibiciones, fue pionero. No solo el sistema penal puede invadir la privacidad del individuo con esta política de discutida legalidad: también suele hacerlo la empresa, la compañía o el organismo que nos emplea.
La década de los 80 trajo al ámbito laboral los tests de drogas, en los que Estados Unidos, como todo lo que tiene que ver con prohibiciones, fue pionero
Si bien el uso de sustancias psicoactivas en ciertos contextos laborales puede ser una opción poco responsable, los test en muchas ocasiones pueden ser fruto de políticas compulsivas y arbitrarias, lo que genera que la frontera entre el cuidado de la salud y la seguridad suela transformarse en una herramienta de castigo.
Metabolismo
Cuando utilizamos cannabis, la mayoría de los principios activos son procesados y metabolizados por el hígado, mediante enzimas que catalizan la oxidación de estas sustancias como sucede con todas las sustancias, naturales o artificiales.
Cuando utilizamos cannabis, la mayoría de los principios activos son procesados y metabolizados por el hígado
Esta oxidación da origen a sustancias o subproductos del proceso conocidos como metabolitos, en su mayoría completamente inertes y que se terminan excretando del cuerpo como cualquier residuo.
Más del 65% de estos metabolitos es excretado en forma de materia fecal (en su mayor parte 11-OHTHC) y un 20% por la orina (principalmente el 11-COOH-THC ya nombrado).
Al ser sustancias liposolubles, los cannabinoides y sus metabolitos se fijan en sustancias grasas o moléculas lípidas en el organismo y generan lo que se llama reabsorción tubular, procesándose una y otra vez, lo que disminuye la excreción por vía renal y, por ende, la aparición del principio activo intacto en la orina.
Restos de cannabis en el cuerpo
Entre un 80% y 90% de los cannabinoides son excretados en un periodo de cinco días después del uso, en forma de metabolitos hidroxilados y carboxilados. El resto permanece en el organismo de acuerdo a varios factores, entre los que se destacan principalmente la frecuencia de uso.
La vida media del 11-COOHTHC es de dos a siete días, detectable en plasma, variando en un promedio de uno a tres días para usuarios esporádicos y de cinco a 13 días en usuarios frecuentes.
El período en que el cannabis es detectable en orina varía también según el uso y puede ir desde un día para usuarios infrecuentes hasta 30 días en personas que la utilizan a diario
El periodo en que es detectable en orina varía también según el uso y puede ir desde un día para usuarios infrecuentes hasta 30 días en personas que la utilizan a diario.
Los métodos que examinan la saliva, aunque poseen un nivel de fiabilidad menor que los demás, pueden detectar metabolitos entre cuatro y seis horas después del último uso.
Las técnicas de detección en cabello pueden encontrar rastros en promedio hasta unos 90 días después de usar cannabis, dependiendo el largo y el origen del cabello: el vello corporal posee un crecimiento más lento y permite un período de detección más extenso.
Grasa corporal y hábitos
Debido a que no hay dos organismos iguales, no se puede estandarizar la duración de los metabolitos de cannabis en el cuerpo sin tener en cuenta el volumen de grasa corporal, la frecuencia de la actividad física y los hábitos de consumo de cada uno, incluyendo también factores como el sedentarismo o particularidades orgánicas o médicas que condicionen la absorción y excreción de sustancias.
Debido a que no hay dos organismos iguales, no se puede estandarizar la duración de los metabolitos de cannabis en el cuerpo sin tener en cuenta aspectos particulares de cada oganismo
Un factor que influye en la cantidad de 11-COOH-THC acumulado en el cuerpo es el tipo de consumo: las personas que utilicen extracciones concentradas, preparaciones comestibles o utilicen vaporizadores suelen tener mayores niveles de este metabolito que los fumadores.
LIMPIEZA DE APURO
Si bien no hay un método que garantice la eliminación de los rastros que deja el cannabis en el cuerpo, es posible ayudar al proceso natural de nuestro organismo:
Jugo de limón
El uso de jugo de limón diluido en agua sigue dos premisas: usar el ácido cítrico para ayudar al organismo a eliminar materias grasas e ingerir gran cantidad de fluidos.
El limón aporta potasio y ayuda a nivelar la cantidad de sodio en el organismo, aliviando la retención de líquidos y mejorando la excreción hepática.
Un estudio sugiere que los polifenoles de la cáscara pueden ayudar a reducir la materia grasa en el cuerpo al mejorar la función enzimática del hígado.
Carbón activado y fibra de trigo
En el estudio se logró una absorción completa de 1.000 nanogramos de 11-COOH-THC por mililitro con 5 miligramos de carbón. La fibra de trigo cumpliría la misma función aunque con una mayor cantidad y no es tan eficiente.
Se suele utilizar el carbón antes de las comidas, entre dos y tres días antes del análisis, evitando el exceso, ya que puede producir constipación e interferir con la correcta absorción de otras sustancias. Puede adquirirse en pastillas o comprimidos y usarse
junto a otros métodos de detoxificación para mejorar su eficacia.
Suspensión del uso y ejercicios
El secreto para evitar que un análisis detecte cannabis en nuestro organismo es muy simple: dejar de usarlo el tiempo suficiente. Sin embargo, existen alternativas para cuando no se cuenta con periodos de limpieza.
Varían desde ejercicio físico (basado en la premisa de “quemar” materia grasa de nuestro
cuerpo, que en teoría podría alojar metabolitos, aunque en realidad puede disparar el nivel de estos en sangre) hasta consumir una mayor cantidad de líquidos para ayudar a la eliminación de todo tipo de toxinas.
Un cambio de dieta que incluya mayor cantidad de alimentos naturales sin procesar puede ayudar. Pero, al final, todas estas técnicas recaen en lo mismo: metabolismo versus frecuencia de consumo.